Y tú, amor, te quejas

I won’t give up on us

even if the skies get rough

I’m giving you all my love

I’m still looking up.

«I won’t give up» de Jason Maraz

Hablando con la amor,

palabras le dije:

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Y tú, amor, te quejas,

de suscitarme viejas pasiones,

de reañorar viejas promesas.

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Y tú, amor, te quejas,

de plantearme nuevos recuerdos,

de renovar las antiguas perlas.

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Y tú, amor, te quejas,

de que canten los latidos, se muevan

hundidos en el mar de la miseria.

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Y tú, amor, te quejas,

de que nade en el mar valioso,

por perlas que ya no se encuentran

por recordar los mismos recuerdos,

por sin hablar, mover mi marea.

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Y tú amor, te quejas,

de que el amor sea amor cuando lo es,

de que mis versos sean humildes pruebas.

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Y tú, amor, te quejas,

de pruebas de amor indemostrables,

de amor que se mueve en tormenta.

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Y tú, y yo, nos fundimos

para sacar nuestro lado bueno,

y ellas ni nadie supieron

que nos fundimos antes de un «te quiero»,

que amamos antes que ellas,

ocultándolo para no ser prejuzgados

ni movidos a la indiferencia

por amar cuando no nos amaron.

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Posteriormente nos amarían

las mismas por ocultarlo,

pero más posterior fue el prejuicio

por desconocimiento y desengaño.

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Por disculparte y que no olvidaran,

por olvido de lo que no era malo.

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Y tú, amor, ¿te quejas?

¿Te quejas de los prejuicios?

¿Te quejas de tanto daño?

Pues todavía te queda un premio,

por amar, ni saludados.