Lord Kelvin, el de los grados,
creía que el conocimiento
sin números era inútil,
decía que era precario
e insatisfactorio, y así…
¡qué poco acertado!, en fin…
El conocimiento se trasmite
mediante unas letras que algo dicen,
tal como un enamorado agasaja a su amada
(y para ello utiliza sus agradables palabras),
una tesis usa palabras para explicar más
más que lo que los números dicen,
más que lo que los números hablan.
Y aún más que las palabras
pues están los gestos,
en esa declaración…
de futuro incierto.
Me explico:
El buen enamorado se quita el sombrero
para saludar con prudencia a su amada,
entonces comienza a hablar tras el gesto
y espeta una palabra:
«Dieciséis»,
no, pues eso no lo dice,
«Treinta y dos»,
buf, pues creo que eso tampoco,
«Cuarenta»,
no me toques las narices,
«Ochenta»,
eso sí, si están muy locos.
Realmente espeta un «hola»
y lo subsigue una conversación,
así se conocieron tus abuelos,
con palabras
ni «cincos», «tres» ni «dos».
La conversación les aporta 1conocimiento
y estabilidad contra la precariedad,
de ahí sucede una pareja
palabra a palabra,
tras un buen hablar.
Qué equivocado estaba el amigo
cuando 2con sus palabras explicó.
Quizá el amigo Kelvin se refiera
a las buenas ciencias y no al amor.
Los números cada vez menores
son la cuenta atrás
para nuevas oraciones,
y para una nueva… declaración.
1.Conocimiento: La conversación les aporta conocimiento. | 2.Con sus palabras: Uso palabras para rechazar las palabras (todo el poema es una tergiversación de las palabras dichas por Kelvin cambiando el contexto).
José Daniel Martínez es un músico, escritor y modelo murciano, además de profesor de Literatura y teórico en Lingüística. Nació en Alcantarilla, Murcia en 1996 y desde muy joven mostró su interés por la música. A los 14 años empezó a tocar la guitarra y a cantar en bandas de rock.