Nada queda en su interior
y me amenaza con aire,
con ser nada para siempre,
sabe que eso sí me duele.
Nada es mejor que un desierto
para poder reencontrarla
en fantasía ilusoria
o en triste y vana palabra.
Nada ameniza despierto
cuando la calma se tarda,
cuando solo queda arena
y el recuerdo da la espalda.
Nada… ya viene la nada,
con su ilusoria ceniza,
con desgastadas promesas,
se ríe de mí en mi cara.
Nada ataca pero muere,
duele justo por ser nada,
pues hay palabras que duelen
pero hay silencios que matan.
Nada me hizo la ilusoria y
traspasando mi coraza
arrasa con todo espada…
y eso que no me hizo nada.
Nada, ilusoria, sueño, ¡bum!
…
Despierto de vana ilusión
paso de la nada al todo.
Encuentro agua en el Sahara.
Es del agua
tu reflejo,
tus oasis
son tan bellos,
el sol de ti,
tu cabello.
Son arenas
rinconcuelos
que presentan
dos venenos
sin tóxicos
pues son buenos.
Soy más hombre
si los veo,
más humano
si los siento,
más persona
si los amo,
más nocivo
si los quiero.
Sé que puedo
poseerlos,
tu mirar
me los ofrece.
Los miré ya tantas veces
que ahora solo los quiero amar.
Qué afortunado soy,
me has dicho que me amas hoy…
me los acabas de dar.
Mañana beberemos
de agua de manantial,
entonces podré mirarte
y tu mirar… devolverás.
José Daniel Martínez es un músico, escritor y modelo murciano, además de profesor de Literatura y teórico en Lingüística. Nació en Alcantarilla, Murcia en 1996 y desde muy joven mostró su interés por la música. A los 14 años empezó a tocar la guitarra y a cantar en bandas de rock.