El distópico futuro de las redes sociales

redes sociales, futuro distópico

Desde la llegada de la idea del metaverso la idea de las redes sociales parece cobrar aun más relevancia en nuestras vidas, ya que lo que parecía un consumo de tiempo parcial en Internet se podría volver un consumo más prolongado.

En un inicio, las redes sociales fueron creadas con la intención de conectar a las personas, de hecho, llevaban el nombre de «sociales» porque nos permitirían interactuar de algún modo, es decir, de sociabilizar. Más tarde, nos hemos dado cuenta de que las redes sociales podrían ser útiles para mantener comunicación en la distancia, pero también para evitar la comunicación a toda costa, esto sucede por el exceso de disponibilidad en la red, puesto que cuando es posible comunicarse con todo el mundo lo que menos quiere uno es comunicarse con todos. Ahora es cuando las relaciones sociales humanas más escasean y cuando la interacción social virtual más aumenta, esto no sería un gran problema si no anticiparamos la llegada del supuesto metaverso, el cual pretende aislar completamente al ser humano de la realidad tangible, de este modo, casi todos los bienes y servicios serán virtuales y lo que se pretende es que al utilizar las herramientas de realidad virtual se pueda simular una realidad alternativa a la que este mundo nos ofrece.

La desconexión con el mundo real cada vez es mayor y, sin embargo, el interés por conocer a los otros seres humanos es cada vez menor puesto que el aislarse en una torre de cristal tecnológica nos proporcionaría una seguridad que mundo real no nos proporcionaría. En un mundo virtual pareciera que los riesgos fueran menores que en el mundo real, mas todo esto es una sensación, ya que la virtualización aunque conlleve muchos beneficios también amenaza al valor más humano: al valor social.

Habida cuenta de que a día de hoy es comprobable que el ser humano es capaz de tener dos personalidades (la personalidad virtual y la personalidad real) la problemática en torno a la realidad virtual podría ser mayor aún, ya que se podrían desarrollar múltiples personalidades para cada entorno.

El dilema de los amigos virtuales

En la actualidad (julio de 2023) nos encontramos a personas que son capaces de ser amigos en tu vida real y, sin embargo, también son capaces de dejarte de seguir en las redes sociales, puesto que las propias redes intentan confrontar ideas, es más, intentan que compartas todo y, en ese afán, existen las discrepancias virtuales: antes no había tanta discrepancia con tu entorno cercano porque no te enterabas de todo lo que pensaban los demás, mas ahora redes como Facebook e Instagram le muestran recomendaciones de lo que le gusta a los demás (y suelen mostrar contenido discrepante entre usuarios). Se busca que el usuario participe e interactúe cada vez más con el contenido mientras los propios desarrolladores de estas redes sociales no comparten contenido esencial más allá del que les permite continuar con sus empresas digitales.

El dilema de la privacidad

La privacidad es importante para los creadores de las plataformas, por ello tapan sus cámaras (así lo hace el propio Mark Zuckerberg) pero no tienen reparo en vender nuestros datos a terceros. Es curioso ver al fundador y CEO de la compañía social más importante de este tiempo tapando la cámara de su ordenador Mac.

Redes más conservadoras y efectivas para la comunicación social como Facebook y LinkedIn se van quedando atrás por gustar más a un público ya mayor y por servir para compartir contenido entre familiares (compañeros de trabajo en el caso de LinkedIn) y no solo amigos, mientras que otras redes sociales más novedosas como Instagram son compradas por las grandes compañías. Instagram fue comprado por Facebook cuando sabían que los jóvenes estaban utilizándolo. La privacidad de los jóvenes importa más que la de los adultos, puesto que estos durarán más tiempo en las redes sociales y aportarán más datos interesantes para las empresas.

Copian a otras redes para generar adicción

Las grandes compañías copian las buenas ideas, es el caso de Instagram, que vio el éxito de Snapchat e incluso quiso comprar a Snapchat y cuando no pudo copió las historias («stories») que a día de hoy son más utilizadas en Instagram que en Snapchat. También es el caso de Tiktok, al cuál le copiaron su cualidad de deslizar vídeos cortos. Al final todas las redes sociales se terminan copiando entre ellas y sobrevive la más fuerte, no tiene sentido que no tengan labores específicas cada una, la únicas de las conocidas que tenían una labor específica muy concreta eran LinkedIn, Pinterest y Twitter (aunque Twitter ahora va a cambiar a X y va a integrar todas las plataformas sociales necesarias).

Si cada red social tuviera una labor específica las utilizaríamos con un sentido concreto, sin embargo, se busca generar adicción en el usuario.

Consideran a Whatsapp y a Telegram unas redes sociales

Recuerdo el tiempo en el que existían las aplicaciones de mensajería instantánea, Whatsapp estaba encasillado en el mismo sitio que el antiguo Microsoft Messenger, pero a día de hoy tanto Whatsapp, como Telegram y Facebook Messenger son redes sociales, puesto que integran cada vez más características de las mismas (visionado de historias cortas, creación de grupos sociales).

No se te permite vivir si no existes en redes

Es cierto que lo que muestras en el mundo virtual puede atraer o repeler a quienes conoces en el mundo real, mas también es cierto que si decides no existir en redes sociales podrías perder la oportunidad de tener amigos y pareja. Es absolutamente absurdo que dependamos de empresas para tener amigos o incluso para tener pareja, se está mercantilizando la posibilidad de relacionarte socialmente.

Si alguna vez te preguntan «¿Tienes Instagram?» y contestas «No» y la otra persona tampoco tiene… disfruta la ocasión, pues esa relación será mucho más fuerte, sana y mejor que las generadas virtualmente. Es cierto que a los llamados «influencers» (personas con influencia) nos afecta negativamente la presencia online, puesto que nos encasillan en un sector (por ejemplo: ah, tú eres el que toca el piano), mas también tiene efectos positivos como son la posible aprobación social desmedida, el gran apoyo virtual, el reconocimiento de tu trabajo, mas como a día de hoy el mundo de las redes es muy falso y superfluo, puede que los efectos negativos a veces superen a los positivos.

Puedo entender que actualmente te «pidan el Whatsapp» para interactuar contigo a través de mensajes directos, pero para mí no es tan entendible que pretendan ver fotos de tu Instagram, qué objetos tienes, qué contactos tienes… para así formarse una mejor opinión sobre ti.

El número ilimitado de opciones es la peor opción

La falsa sensación de tener un número ilimitado de personas que apoyan tus proyectos, incluso de amigos que te apoyan como persona (porque te han escrito mensajes o han mostrado apoyo en «me gustas») es eso… falsa. Esa gente podría demostrar un alto grado de apoyo en redes (el cuál es importante a día de hoy), mas no cara a cara (por la existencia de la doble personalidad: la virtual y la real).

Por otro lado, el apoyo a los proyectos a veces es tangible e incluso se puede apoyar un proyecto con un comentario sincero y oportuno. Por ejemplo, si eres músico te agradará que te digan que tu canción quedó excelente y que tiene algo distinto a las demás que han escuchado.

La mayoría no son influencers

Qué alegría nos dan las redes sociales a aquellos que tenemos «me gustas» y proyectos virtuales, incluso nos llueven los mensajes directos y las ofertas para realizar proyectos de todo tipo, ya estamos acostumbrados a avanzar en la vida gracias a las redes, pero… ¿qué sucede con la mayoría de personas? La mayoría de personas ven a los «influencers» y se entristecen, puesto que sus cuentas no tienen ni un solo «me gusta», sobre todo si son hombres, pues en el caso de algunas mujeres se busca que se expongan de algún modo para obtener esa sensación de que son famosas «influencers» e incluso pueden llegar a serlo sin demostrar otro talento, esto es perjudicial tanto para hombres como para mujeres. No vales más por tener más en redes sociales, tus proyectos tampoco valen más por tener más cantidad de «me gustas» en redes, sino por la calidad de los mismos.

Los términos valor social son destacables en el 2023, pues parece que si no tuvieras valor en redes sociales no valieras nada. Además, en las redes sociales de ahora es necesario mostrar que tienes más que los demás (más lujos, más viajes, más experiencias), esto no tiene ningún sentido, pues no vales más por lo que tienes, pero es muy atractivo socialmente y por eso lo mostramos (sobre todo a partir de la Generación Z).

Solo se lee porquería que ni los animales salvajes leerían

Se prefiere el visionado de vídeos cortos antes que leer, pero a la hora de leer se accede a contenidos que no están corregidos ortográficamente. En la mayoría de ocasiones no se produce visionado de lso blogs, sino de vídeos cortos que hablan sobre temas dispersos, pues se cede al marco de la red social que trata de imponer que veas muchos vídeos distintos y estés todo el día haciendo «zapping». Al visionar estos vídeos a veces aparecen textos que no están corregidos ortográficamente, de hecho, aquellos «influencers» que quieren llamar la atención producen faltas ortográficas apropósito para así tener más visitas (aunque muchos de sus usuarios ni se percatan de ello).

El dilema del consumo frente a la creación de contenido

Son muy pocas las personas que crean contenido y, por el contrario, son muchas las que consumen contenido. Asimismo, los propios creadores de contenido pasan muchas horas consumiendo contenido para finalmente ellos crear algo propio, estos creadores son los primeros consumidores de su propio contenido.

Cuando vas a publicar un vídeo de Tiktok es la propia aplicación la que te muestra tu vídeo en búcle, puede que tú mismo hayas visto tu contenido más veces que nadie más. Se busca que consumas intensamente (y de manera rápida) el contenido. Se redujo la calidad de vídeo con la intención de permitir publicar más vídeos por día en este tipo de apliaciones.

Redes sociales saludables

Existen redes sociales saludables mentalmente, son aquellas que permiten disfrutar del Internet tal y como se hacía en el pasado. Estas son Pinterest, LinkedIn, Quora (red que permite realizar preguntas y respuestas como lo hacía Yahoo Answers, pero de manera culta y resabida), Goodreads…

También se pueden sanear redes sociales tóxicas: podemos tener una única cuenta personal de Instagram que sea privada y sin foto de perfil, también podemos tener un Facebook con grupos privados que promuevan nuestro crecimiento personal (con los que interactuemos para avanzar en nuestra vida).

Si eres una figura pública tendrás que hacer tus cuentas públicas o dar la mayor accesibilidad al contenido a la gente, mas lo más saludable es ocultar información y solo mostrarla a aquellos en quienes más confías.

 Tecnología
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Autor: José Daniel Martínez

José Daniel Martínez es un músico, escritor y modelo murciano, además de profesor de Literatura y teórico en Lingüística. Nació en Alcantarilla, Murcia en 1996 y desde muy joven mostró su interés por la música. A los 14 años empezó a tocar la guitarra y a cantar en bandas de rock.

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