Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte.
El amor más bonito fue el del mar y el sol,
el sol tenía su voz y el mar tenía mi amor.
El amor me ordenó dirigirme a un concreto lugar,
como robot siempre fui donde no fuera a molestar.
Apagar el sol de la pasión
fue inútil,
Apagar la voz del sol,
más todavía.
Intentar parar al oleaje del mar
fue imposible.
Intentar parar al amor,
más si cabía.
Este mundo pasa rápido
y habría de aprovechado,
más si no llevo cuidado
puedo perdérmelo y morir
sin saber lo que es el mundo,
sin saber lo que es vivir.
Bueno no, si ya viví
y de entre todo la elegí,
elegí al amor más puro
que había en este
oscuro mundo,
al amor con olor a rosa
que no es otra cosa
que el que vuela,
amor que se traslada
te lleva a cualquier lugar
y a donde tu vayas,
el detrás de ti va.
Así que, recuerda
tú, alma dormida,
aviva el seso y despierta,
no vaya a ser que la vida
te haga soñar más de la cuenta,
no vaya a ser que un día,
en alguien como yo te conviertas,
y te llenes de sueños gustosos,
sueños que no se pueden lograr,
que el morir en vida los mata,
y el soñar porque no hay que soñar.
Sueños que se intentaron,
sueños que no durmieron,
sueños que los tuvimos
quienes estábamos despiertos.
Sueños inacabados,
sueños no corregidos,
sueños imposibles
que se soñarán cumplidos.
Nadando contra el viento,
nadando opuesto *al lugar,
nadando contra 1cogente,
nadando contra el mar
se cumplirán mis sueños
(sin dormir) en el amar,
se cumplirán los de ella
2si sus sueños puedo nadar.
1. Cogente: Corriente.|2.Si en sus sueños puedo nadar: Se refiere a la zona del mar en la que están los sueños de ella. |*Al lugar: Lugar donde no fuera a molestar (cuarto verso).
José Daniel Martínez es un músico, escritor y modelo murciano, además de profesor de Literatura y teórico en Lingüística. Nació en Alcantarilla, Murcia en 1996 y desde muy joven mostró su interés por la música. A los 14 años empezó a tocar la guitarra y a cantar en bandas de rock.
One comment on Mi premio por ser robot
Me emociona, conmueve mi corazón y traslada mi alma