¿Sabías que un libro puede corromperte?

No me gusta que leas esos libros

que no tienen mucho sentido

y que el poco sentido que tienen

lo utilizan para corromper.

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Tú que eres buena mujer,

no dejes tu rectitud

por lo que una obra

te pueda ofrecer.

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Me gustaría que leyeras

las maravillosas novelas

que más que corromper engrandecen

y que más que engrandecer te hacen bien.

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Me gustaría que te mantuvieras

cada parte honesta de ti,

elevándola al más perfecto nivel,

que no fueras al mero placer,

que solo fueras al amor sin fin,

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pues el placer sin amor

es autodestrucción infeliz,

mientras amar con placer

es al corazón el mejor matiz.

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¡Cómo quisiera que fueras esperanza

en todos los sueños ajenos a los tuyos!

¡Cómo quisiera que se cumpliera el mío

de aquellos días durmiendo a tu lado!

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¡Ay!, qué despistado,

si ya se ha cumplido,

ha sido pedirlo

y mi corazón…

se ha inundado.

…

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Por favor, no leas esos libros

que solo buscan complacerte,

o lee lo que te de la gana

pero nunca, nunca, nunca,

nunca… jamás de los jamases,

hagas lo que te aconsejen,

no sigas este consejo,

bueno, síguelo,

al no ser que seguirlo

implique que no lo sigas.

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Puede que hayas quedado aturdida,

mas solo quiero que no te corrompas,

que no tropieces con la gran piedra

que puede lastimar tu alegría,

en definitiva, que seas tal

y cual,

y como

te conocía.

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…

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Al fin y al cabo,

tú eres un libro abierto

y yo soy… un libro cerrado.

Si me abres te despierto

y este sueño… se ha acabado.