La era de la sustitución

Qué desgracia cuando no existe la rendición,

cuando siempre se sale ganando

aunque te digan que no,

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cuando explota la saliva

en pelea de palabras afligidas,

cuando se piensa que persona

se sustituye por otra

¡y encima de enseguida!

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Qué desgracia cuando una obra

te hace sentir la mujer concreta,

te crees la reina elegida

y crees que yo soy la marioneta.

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Qué desgracia es desear que acabe el amor

pensando que se selecciona el sentir,

o cuando cambias de tema y lo incitas

y parece que el amor 2corre en pos de ti.

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Qué desgracia cuando fluyen tus palabras

en público, o escudadas como las de ahora,

qué desgracia cuando te crees el centro del mundo

y a la vez te sientes tan sola.

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¡Qué desgracia cuando sustituyes a esa persona

por unas palabras vacías!,

por una mandada *orden

que se convertirá en decreto,

y guardas el fiel secreto

hasta que de que era orden te olvidas.

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¡Qué desgracia cuando se sustituye!

¡Qué desgracia cuando se incita!

¡Qué desgracia cuando la culpa

solo la siente mi pulso! ¡**Maldita!

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¿Y aún te sientes incomprendida?

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Qué desgracia, poesía mía,

intentas describirte mujer

y yo aún 1te veo niña:

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Poesía esperanzada,

esperanza de amor,

palabras sin herida,

perdón sin rencor.

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Poesía esperanzada,

esperanza de amor,

palabras sin herida,

perdón sin rencor.

*.(Orden que se convertirá en decreto): Referencia a Félix PérGar (en este caso cambia el sentido de la expresión). **Maldita: maldita culpa. | 1.Te veo niña: Ve por la niña ocular; ve a la poesía hecha niña. | 2.Corre en pos de ti: referencia al amor expresado en el bíblico Cantar de los cantares (1,4).