Ella misma me dijo
que le gustaban mis versos.
Yo mismo me dije
que me gustaba ella misma.
El viento nos dijo
que nos buscábamos
sin saberlo.
Ella, me confesó un molino,
que me buscaba
entre tanto viento.
Pero el viento maldito
enfureció y nos dejó siniestros.
Sin alma, sin luz, sin deseos,
con las preocupaciones de un muerto,
como si estuviéramos muertos en vida,
pero en mí quedó el intenso recuerdo.
No sé lo que quedó en ella,
pero de mí pareciera que ni un beso.
Ahora busco las cosquillas,
lo que me 1arranco el mismísimo viento,
lo que arrastró el mar a la orilla
para volverlo arrastrar hacia adentro.
La arena es tierna y leve,
las rocas duras y afiladas,
andaré hasta que llegue
al mismo mar que la arrastraba.
Quizá recorra una orilla
o quizá recorra un mil playas,
hasta que encuentre a la misma
aunque no hable con ella,
aunque me deshaga.
Mi objetivo no es amarla,
mi objetivo ni resarcirla,
pero mis objetivos cambiaban
y cambiarán hasta verla viva,
Ella desiniestra,
desenfurecida,
con el alma brava
y la cabeza altiva.
Ella pasional,
ella desherida.
Molinos del viento del amor
amor en mayor o menor medida,
*de la amar furtiva.
*De la amar furtiva: del amar furtivo; mar furtivo (que viene y va).|1. Arranco: arranco; arrancó.
José Daniel Martínez es un músico, escritor y modelo murciano, además de profesor de Literatura y teórico en Lingüística. Nació en Alcantarilla, Murcia en 1996 y desde muy joven mostró su interés por la música. A los 14 años empezó a tocar la guitarra y a cantar en bandas de rock.