Clara, pulcra, elocuente

No hay pensamiento en el día

que te saque de mi mente,

consigues quedarte siempre,

no te vas aunque lo intente.

Es una cruel alegría

que me llega a ser doliente,

clara, pulcra, elocuente,

te veo venir de frente,

me dejas de ser tan fría y

te me acercas de repente,

es un hecho sorprendente,

y yo apuradamente

cojo tu mano escondida

que aviva deseo ardiente,

la retiro como siempre,

no vaya a ser que me enfrente

con la amada de mi vida

con mi amada armipotente,

con la amada más paciente,

que no esperó desobediente

y su amor por mí perdía

mientras yo esperaba su ente,

de un mes hasta el mes siguiente,

y mi alma a mi alma perdía.