Mi literatura

En el mundo de la literatura

puedo inventarme lo que quiera,

dejar un final abierto y

libre de interpretación.

En el mundo de la literatura

puedo decir que la amaba,

crearme historias reales

prometiendo que todo es ficción.

En el mundo de la literatura,

puedo fingir verdad

haciendo todo verosímil:

nuestra historia, mis recuerdos,

mis verdades que al leer no son.

En el mundo de la literatura

puedo revivir momentos

puntuales de una fecha

que pasó y nadie la amó,

pero que yo recordé por amor.

En el mundo de la literatura,

yo la beso, y la literatura

me responde con algún tierno beso,

diciendo: yo no he olvidado,

yo tampoco desacuerdo.

Me promete la literatura

que me hablará en presente

del pretérito imperfecto,

pero que construirá un futuro

lleno de ficticios sucesos.

En el mundo de la literatura,

a la literatura se la considera ficción,

pero la ficción forma parte de lo real.

Claro, que esto es todo

en el mundo de la literatura.

Debería decir:

En el mundo de mi literatura,

porque mi literatura es un devenir,

una libre interpretación más,

unas letras que en el futuro

se malinterpretarán.

Yo la quise,

con toda mi alma,

y espero que eso

no se malinterprete

jamás.

¿A quién quise?

A la literatura,

aunque no te digo

que a la otra no.

¿A que otra?

A la literatura,

aunque no te digo

que a la otra no.

¿A qué otra?

A la literatura,

aunque no te digo

que a la otra no.

¿A qué otra?

A ella.