Yo sé lo que es que la gente te mire mal
por cosas que de ti han contado,
que sean mentiras, da igual,
y luego te tiendan la mano,
que descubran que en realidad
no eras tan mal al fin y al cabo,
que quien induce al equivocar
nunca se sepa,
solo que tú eres malo.
Yo sé perderme ¡por una causa!,
y que te llamen obsesionado,
sé lo que es que te digan «te quiero»
y el mismo día te hayan olvidado,
ah, por supuesto sé de noviazgo
en el que la espera para volverla a ver
ha sido la vuelta con el ex, el final amargo,
también sé lo que es amar
y que no te llamen enamorado,
y pues claro que sé lo que es querer
y que cada día me hayan engañado,
con uno, con otro, con los mil de al lado,
si me apuras más de una vez
he conocido lo que es el «fracaso».
Sobre todo sé lo que no depende de mí,
y por lo que sí depende siempre preocupado,
que si me equivoqué en esto o en lo otro,
que qué hago para poder arreglarlo.
No pretendo dar pena,
solo pretendo confirmar
lo que dije cada vez:
«mujer, no me has valorado».
¿Tanto duelen estas palabras
y no las tretas o engaños?
El ocultar
lo que no había que ocultar, no.
Mirando al presente sin pasado
veo lo mismo que hace años,
para mí es mejor la soledad
a una persona que te hace daño
sin pensar,
como costumbre,
y no ocasional.
Si es ocasional
puede dar igual
y con esa persona
se puede continuar.
Quienes en amor me conocen
saben que doy todo mi ser, así que:
pídeme mucho,
que pido poco,
destrózame un día
que a lo mejor me rompo,
dime que no soy positivo
cuando siempre voy con la risa,
dime que no soy serio
que me escudo en sonrisas,
quéjate de todo,
pero no dejes que yo me queje,
y ya cuando puedas, si te apetece,
no des explicaciones,
un hombre no las merece.
No dejes que me enfade
por poner mi alma en persona equivocada,
pero tampoco dejes que viva
sin el pesar de «qué habré hecho mal» a mi espalda.
Dime que todo lo hice bien,
o mejor no digas nada,
así lo han hecho otras,
habiendo muchas
que sí explicaban.
Yo siempre dejaba de hablar
cuando ellas no me hablaban
y hablaba… cuando contestaban.
Si un día me harté y hablé de más
por eso encima más 1a las espaldas.
Y ¡por supuesto!,
cuando tenía éxito,
¡vuelven!
¿Qué te pensabas?
En los momentos amargos se van,
y luego vuelven pero no enamoradas,
¡cuántas mujeres buenas hay
y cuántas interesadas!
Interesadas que se hartan de ti,
que en cualquier momento cambian,
podrían ser más feliz
si hoy mismo no se interesaran,
que amaran noblemente,
o estuvieran con quien les gustara,
con alma noble y lustrosa,
con alma noble,
con alma,
con.
Sin,
sin nada.
Qué casualidad que hablo de mujeres,
pero podría hablar de 2personas,
de personas sin gracia,
y que se den por aludidas
otras personas con mi poesía,
¿las buenas o malas enamoradas?
En este poema no hablo de mis amores,
sino de cosas que me pasan,
no cuento nada íntimo,
la intimidad no la sobrepasa.
Solo me animo a decir
¡que es horrible el amor…
sin causa!
No quise que fueras una más.
¿Amada entiendes lo que me pasa?
Y el malo soy siempre yo,
y, sinceramente, más a mis espaldas.
Lamento y rectifico cada mío error,
pero no yerres como yo, ten alma.
1.A las espaldas: «Qué habré hecho mal» a las espaldas. | 2.Personas: Hombres y mujeres que en el mundo hacen sufrir queriendo o sin querer a sus amantes.
José Daniel Martínez es un músico, escritor y modelo murciano, además de profesor de Literatura y teórico en Lingüística. Nació en Alcantarilla, Murcia en 1996 y desde muy joven mostró su interés por la música. A los 14 años empezó a tocar la guitarra y a cantar en bandas de rock.